Nuestros cocineros: Carme Ruscalleda, la artista de las Estrellas Michelin

Ruscalleda

Quién le iba a decir a aquella niña delgadita, inquieta y con alma bohemia, que acabaría siendo una de las chefs más importantes del mundo. Con siete estrellas Michelin, la sonrisa más conocida de Sant Pol de Mar continúa innovando para ofrecer a sus clientes el mejor, temporada tras temporada. Con la cocina de proximidad como bandera, los platos que ofrece Carme Ruscalleda son todo menos típicos, son el resultado de una pasión por el trabajo bien hecho. En nuestra sección “Nuestros cocineros” hablamos sobre esta magnífica cocinera.

Inicios de un sueño

Desde muy pequeña la cocina la fue seduciendo, a pesar de que no había muchas posibilidades económicas para cocinar, su imaginación ya la ayudaba a crear. Cogiendo un poquito de aquí y de allá hacía platos imaginarios y cuando la dejaban, era feliz cocinando para la familia. Cuando le preguntaban qué quería ser de mayor ella decía artista, vivir entre pinturas. Pero esta vida tan “bohemia” no era bien vista por la familia, así pues, el negocio familiar, una charcutería, empezó a entrar en la vida de Carme.

A pesar de que no pudo seguir una carrera artística nunca abandonó la creatividad. La tienda de los padres, entre jamones y embutidos, fue el laboratorio donde nuestra chef empezó a investigar, crear y modernizar platos de toda la vida y así cada semana ofrecían a los clientes novedades culinarias. Cuando ya la dedicación a la gastronomía era inevitable, Carme y su marido Toni Balam, empezaron a buscar un lugar donde servir los platos de la tienda. Nacía el Sant Pau.

santpau

Una antigua casa de 1881 se vendía delante de la tienda. Era vieja y necesitaba reformas pero tenía luz y vistas al mar. El matrimonio se enamoró de aquel hostal en venta y a pesar de que los vecinos los avisaban del desastre que sería poner el restaurante allí, no hicieron caso y empezaron a luchar. Tanto era el éxito de la cocina de Ruscalleda en el pueblo que el día de la inauguración el Sant Pau ya estaba lleno.

El Sant Pau y la cocina del Maresme

La cocina de Carme Ruscalleda no se entendería sin los productos locales del Maresme, las fresas del payés o el bacalao del pescador del pueblo. Todos los ingredientes que ocupan los platos del Sant Pau vienen directamente de la tierra al plato, el equipo del restaurante los escogen personalmente para que la experiencia gastronómica sea perfecta. La comida que se sirve se basa en el aceite de oliva, los vegetales y el pescado fresco, todo combinado con una dosis de imaginación y una cocina llena de nuevas tecnologías.

Para Carme Ruscalleda, ser chef es más que un trabajo, es su vida. Dedica horas y horas en busca de nuevos platos por el aprecio que profesa a sus comensales. Hay para todos los gustos: gastrónomos, parejas jóvenes que han ahorrado para un momento especial o familias que celebran aniversarios. En resumen, personas llenas de ilusión por probar su cocina.

Tiene adeptos en todo el mundo, pero en el Japón admiran tanto su cocina que crearon un Sant Pau igualito, igualito que el de Sant Pol de Mar, en Tokio.

Sabemos de la pereza que puede hacer coger un avión para ir a probar un restaurante en Tokio, pero el Sant Pau made in Cataluña o el Moments del Hotel Mandarin, son 100% Ruscalleda. Restaurantes que le han traído las siete estrellas Michelin y donde se tiene que ir una vez en la vida.

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